Herbusa y la UTE es Vedrà critican la 'no negociación' y los sindicatos acusan a las empresas de romper el preacuerdo

Salen a la calle menos de la mitad de los camiones de recogida fijados en los servicios mínimos, de lo que se culpan ambas partes

Basura acumulada en el desvío de Can Furnet, en Santa Eulària

Daniel Espinosa

Isaac Vaquer

Isaac Vaquer

Los representantes de la empresa Herbusa y la UTE Es Vedrà, que gestionan el contrato de basuras de los municipios de Santa Eulària, Sant Joan y Sant Josep, han calificado este sábado el conflicto con los trabajadores de "injustificado" y han dado a entender que se trata de un problema que "venía preparado y se iba a producir sí o sí".

Así se han expresado los abogados José Ramón Buetas y Toni Ribas, representantes de las dos empresas, tras la abrupta ruptura el viernes del preacuerdo que se había alcanzado con los representantes de los trabajadores, y que impidió la desconvocatoria de huelga, que finalmente se ha iniciado esta madrugada del sábado.

Acusaciones cruzadas

En una comparecencia ante los medios de comunicación, Buetas y Ribas denuncian que ha habido un incumplimiento de los servicios mínimos. Según han señalado, debían salir por ejemplo entre seis y ocho camiones de recogida de basuras esta madrugada y han salido cuatro. Uno de ellos aseguran que ha llegado a la central con 120 kilos de basura cuando habitualmente recoge entre cuatro y seis toneladas de residuos. "Han sido unos servicios mínimos, muy mínimos", critican.

Por su parte, apenas una hora y media después, desde los sindicatos han achacado el incumplimiento a la empresa por la falta de mantenimiento de sus vehículos. "Los trabajadores han estado saliendo con los vehículos con avisos de problemas de freno y de otras circunstancias con el riesgo que eso supone tanto para su seguridad como para la seguridad del tráfico", ha indicado Miguel Pardo en la sede de Comisiones Obreras en otra rueda prensa. Aseguran además que ofrecieron a la empresa que eligiera qué camiones salían para hacer las rutas y que sólo cuatro de ellos estaban en condiciones.

Esta madrugada, una vez roto el acuerdo, la empresa llamó a la Policía Nacional advirtiendo de que se había puesto un piquete en la puerta del garaje que evitaba que salieran los vehículos. "En ningún momento bloqueamos la salida de vehículos, se dejó pasar a todos los que estaban en condiciones de salir. Nos pusimos allí para controlar que se cumplía con las condiciones de la huelga y la Policía puede dar fe de ello", ha asegurado la portavoz de CCOO, Ana López, que añade que desde el sindicato se ha hecho un esfuerzo para que se cumplan los servicios mínimos y que la comprobación de los vehículos la hicieron los propios agentes de policía, que verificaron qué vehículos podían salir.

Negociación bloqueada

Los dos representantes de Herbusa y la UTE Es Vedrà han relatado cómo, a su juicio, se ha desarrollado la negociación desde el pasado mes de diciembre, y han recriminado a los trabajadores que no se hayan movido de su postura desde entonces, para exigir una subida del 10% del salario el primer año, muy por encima del convenio nacional.

Además, apuntan que actualmente los trabajadores del servicio de recogida de basuras ya perciben un salario equivalente al que tienen los trabajadores de otros sectores con subidas ya aplicadas por la renegociación de sus convenios. En particular han hecho la comparación con lo que se establece en el convenio de la hostelería de Baleares, en el que un oficial percibe entre 38.000 y 42.000 euros al año, que es lo que percibe actualmente un conductor de camión de basura, señalaron.

Sí reconocen que el incremento del 10% se negocia por una pérdida de poder adquisitivo que los trabajadores

Los sindicatos defienden, en cambio, que el salario de un conductor de camión ronda los 35.000 euros de base y que la empresa debe contar con pluses extraordinarios para hacer sus cálculos.

En cualquier caso, indican que la negociación del salario ya no era un problema en la negociación y que se había alcanzado un acuerdo para el 8,5% de subida el primer año hasta alcanzar el 21% en los cuatro siguientes que rebajaba sus exigencias de alcanzar el 25%.

Es por ello que insinúan que la negativa de algún ayuntamiento de abonar estas cantidades podría ser el motivo de que la empresa tensionara las negociaciones cuando se estaba a punto de firmar el acuerdo. "Nosotros negociamos todo lo que había que negociar la noche anterior y acordamos unas condiciones que votaron los trabajadores. Por eso nos sorprendimos cuando encontramos toda una serie de elementos que no se habían hablado y que la empresa quería seguir negociando cuando a lo que íbamos era a firmar", critica Pardo.

Por el momento, desde CCOO indicaron que las negociaciones están rotas y que esperan la llamada de la empresa para plantear alguna propuesta, "pero desde luego ya no estaremos hablando de las mismas condiciones", advierten.