Coses Nostres | Cuando el color púrpura surgía de un liquen

En la época medieval, en Ibiza y Formentera se recolectaba la ‘orxella’, un organismo con parte de alga y parte de hongo común en la Pitiusas y del que se extraía un tinte muy apreciado

Ejemplar de Roccella fotografiado en la rama seca de un pino en sa Penya Esbarrada.

Ejemplar de Roccella fotografiado en la rama seca de un pino en sa Penya Esbarrada. / CAT

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«Creo que Dios se enfada si pasas ante el color púrpura en el campo sin fijarte en él». Es una de las frases más célebres de la película ‘El color púrpura’ (el libro fue escrito por Alice Walker y la película, dirigida por Spielberg). Y antes de que la Iglesia tuviera a sus purpurados —sinónimo de cardenales—, romanos, persas y fenicios ya apreciaron los púrpuras, los convirtieron en símbolos imperiales, de poder o de riqueza y establecieron importantes industrias en torno a su fabricación. De hecho, en Ibiza y Formentera son muy conocidos los conquillers (concheros), que revelan una actividad económica en torno a la extracción de tinte de moluscos del género Murex y de Stramonita haemastoma.

Menos conocido es, sin embargo, que también existe un liquen tradicionalmente usado para obtener tintes de tonos púrpura o magenta, del violáceo al malva y el rojo fucsia. Y en Ibiza y Formentera, algunos datos apuntan a que este liquen fue recolectado en época medieval para tal fin, aunque no existen pruebas de una industria asociada ni de que el liquen fuera procesado en las islas.

El liquen en cuestión es la especie Roccella phycopsis —conocido con el nombre popular de orxella o tintorera–, asociado a peñascos costeros de roca calcárea y a las ramas de pinos y sabinas, que se benefician de las sustancias antibióticas que los líquenes segregan. Es abundante en zonas como Corona y también en la Mola, área esta última prospectada por el naturalista Jaume Espinosa en un trabajo publicado en el número 73 de la revista Ibiza, titulado ‘L’orxella. Una producció peculiar de la Formentera medieval’ y firmado junto al historiador Antoni Ferrer Abárzuza.

La orxella o tintorera es un liquen fácil de identificar por su aspecto de organismo marino, de alga o anémona. En realidad, algo sí tiene de alga, dado que es un liquen, lo que significa que es un holobionte (asociación de diferentes especies) entre un hongo y algas o cianobacterias capaces de realizar la fotosíntesis. En este caso en concreto, el hongo va unido a un alga del género Trentepohlia.

Respecto a su recolección para teñir tejidos, los datos históricos recogidos en el citado artículo revelan que «la recolección de orxella en Formentera se documenta por primera vez en 1302, por lo que puede considerarse que esta actividad ya se realizaba durante la segunda mitad del siglo XIII, y se deja de tener constancia en el siglo XV, a raíz del despoblamiento de la isla». Y aunque esa es la fecha documentada, en el artículo se plantea la posibilidad de que tal actividad ya existiera en tiempos del monasterio de agustinos de Santa María, entre 1257 y 1298. Por lo que se refiere a la isla de Ibiza, la orxella no es citada hasta 1340. Hay que decir que la principal fuente de la que se extrae la información son los documentos contables que señalan el diezmo que cobraban los señores feudales por la recolección de materias primas en sus propiedades.

Aparte de esos indicios, poco más se sabe de esta recolección y comercio del liquen tintóreo, aunque Ferrer Abárzuza incluso teoriza sobre la posibilidad de que en las Pitiusas existiera también una industria de transformación del liquen en tinte de la que, por sus características, no quedarían rastros arqueológicos, como sí ha ocurrido con la factoría de extracción de púrpura de moluscos.

Finalmente, hay que añadir que el nombre del colorante que se extrae del liquen es la orceína, y es usada también en diversas técnicas de tinción para estudiar las células y para elaborar el tornasol, uno de los más internacionales indicadores de pH, muy conocido porque, a lo largo de la historia, se ha incluido en los más vendidos juegos de química para niños.

La orchilla canaria

Si en Formentera fue el despoblamiento de la isla el que acabó con el comercio, en Ibiza —donde hay datos de que se mantenía en 1474–, el factor que explica su abandono fue que Canarias se convirtió, a mediados del XV, en el principal exportador del producto, después de que ese archipiélago fuera conquistado y se descubriera que ya disponía de un próspero comercio con los navegantes y que allí existían otras especies del género Roccella que producían tintes más apreciados. En Canarias, el oficio de orchillero está plenamente documentado y las historias sobre cómo se jugaban la vida recolectando orchillas en los acantilados son muy conocidas por todos los isleños.

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