RED ELÉCTRICA

Las redes de transporte eléctrico, claves para la electrificación de la movilidad en el arco mediterráneo

La transición hacia una descarbonización del modelo energético en el arco mediterráneo español, imprescindible para cumplir con los objetivos climáticos de nuestro país, requiere de un papel protagonista de las redes de transporte eléctrico.  

Red Eléctrica en Alto del León.

Red Eléctrica en Alto del León. / RED ELÉCTRICA

Estas son necesarias en un doble sentido: para la conexión de la nueva generación de energías renovables y para atender las nuevas demandas eléctricas que provoca el propio cambio de modelo. Así lo puso de manifiesto la delegada de Redeia en la Región Este, Maite Vela, en su participación en el Consejo de Valencia del Foro Económico y Social del Mediterráneo, dedicado a las redes de movilidad.

El reto es complejo y cuenta con una dimensión adicional relacionada con el tiempo, según Vela, dada la importancia de “garantizar que las inversiones en infraestructuras eléctricas necesarias para los proyectos de electrificación del transporte se acompasen a los tiempos de desarrollo de los mismos”, desde los corredores ferroviarios a la electrificación de puertos marítimos o la penetración del vehículo eléctrico. El objetivo: que el calendario no se convierta en un cuello de botella en la transición. En este punto, junto a la planificación de las infraestructuras, juegan un papel relevante tanto la agilización de las tramitaciones administrativas como la aceptación social de las instalaciones, esencial para generar un valor local positivo en cada caso.

Tren AVE de alta velocidad en movimiento en el ferrocarril de alta velocidad de Valencia.

AVE en movimiento en el ferrocarril de alta velocidad de Valencia. / SHUTTERSTOCK

El contexto de partida está a la vista: asistimos a un cambio tan rápido como significativo en las tecnologías de generación. La previsión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para el año 2030 pasa por tener instalados 62 GW de eólica y 76 GW de fotovoltaica en España, lo que equivale a instalar algo más de 7 GW anuales de fotovoltaica y unos 4 GW al año de eólica hasta ese año. Como explicó Vela, en este contexto “Red Eléctrica tiene como misión asegurar la viabilidad de este cambio, manteniendo siempre la seguridad y calidad del suministro eléctrico”. Al otro lado de la balanza, el de la demanda eléctrica, el PNIEC también estima un avance relevante en la electrificación de la economía española en la presente década, siendo además uno de los vectores determinantes de la descarbonización, con un crecimiento de 10 puntos para alcanzar el 34% en 2030. Y para hacerlo posible, se calcula que requiera un 12% del esfuerzo inversor total de la década.

La entrada en escena de nuevos consumidores vinculados a dichas demandas energéticas es, sin duda, una pieza clave del puzle, esencial para que realmente la electricidad ejerza “como vector capaz de transformar energías limpias y autóctonas y ponerlas a disposición de usos actuales y futuros, entre ellos, el transporte”, según argumenta Maite Vela. Los tractores de esta progresión son tres: por un lado, la electrificación de la red ferroviaria, con el desarrollo de la alta velocidad. En segundo lugar, la de los puertos, contribuyendo a acercar al tráfico marítimo al escenario de cero emisiones. El tercer factor es el vehículo eléctrico, para el que en el plan nacional calcula un parque móvil de 5,5 millones de unidades en 2030, elevando un 10% el objetivo anterior. Estos tres grupos de nuevos consumidores “van a ser clave para el aumento de la eficiencia energética, al ser los consumos electrificados mucho más eficientes que los de los vectores basados en combustibles”, según Vela.

Vista aérea del puerto de Barcelona.

Vista aérea del puerto de Barcelona. / SHUTTERSTOCK

Obviamente, el crecimiento de la capacidad de las redes deviene una viga maestra sobre la que se apoyan estas previsiones. El nuevo escenario exige importantes refuerzos para transmitir los flujos de electricidad, así como para robustecer su fiabilidad y seguridad. Así, solo el desarrollo de redes de transporte y distribución acapara el 18% de la inversión total prevista hasta 2030 por el PNIEC para alcanzar los objetivos climáticos. Si se abre el foco a escala continental, la Comisión Europea estima en 584.000 millones de euros las necesidades para el mismo periodo en su Plan de Acción de Redes. Y a nivel global, la International Energy Agency (IEA) aventuraba en un reciente informe que habría que duplicar la inversión en redes eléctricas para 2040.

El esfuerzo de Red Eléctrica

En términos nacionales, Red Eléctrica está plenamente alineada con esta orientación. El operador del sistema eléctrico español, gestor de la red de transporte de energía eléctrica en alta tensión -400 kV y 220 kV en la Península y menores niveles de tensión en los archipiélagos, así como responsable de las interconexiones internacionales y entre sistemas eléctricos, está llevando a sus máximos históricos el esfuerzo inversor de nuestra compañía: “en 2023 las inversiones fueron de 825 millones de euros, un 55% más que en 2022. Esta cifra ascenderá a los 1000 millones en este año y la tendencia continuará en los siguientes”, como afirma la delegada de la Región Este de Redeia, Maite Vela.

En una etapa de crecimiento y transición como la anunciada, que tiene como puerto de destino un mayor grado de electrificación de la sociedad, se hace imprescindible “elevar, si cabe, la importancia de la seguridad de suministro eléctrico”, lo que añade relevancia tanto a un adecuado diseño de las redes como a la ejecución en plazo de las infraestructuras identificadas como necesarias en el plan de desarrollo de la red de transporte.

Accesos a la ciudad de Barcelona.

Accesos a la ciudad de Barcelona. / SHUTTERSTOCK

Por todo ello, la electrificación del transporte en el arco mediterráneo es un punto relevante de la planificación vigente para el desarrollo de la red de transporte eléctrico 2021-2026, aprobada por el Gobierno en marzo de 2022. En ella se contempla la alimentación de las subestaciones de tracción de los ejes ferroviarios Madrid-Albacete-Alicante-Valencia, Murcia-Almería y Murcia-Cartagena, Alicante-Crevillente y el corredor Zaragoza-Teruel-Sagunto. Y el nuevo proceso de Planificación, con horizonte 2030, se encuentra en fase de estudio e incorporará nuevas posibles acciones con el mismo propósito.