Opinión | Para empezar

New York - Londres - París - Formentera

Hace un año escribía en este espacio lo que representaba la apertura de locales de grandes firmas de moda asociadas al lujo. La calle Ramon Llull, de Sant Francesc en Formentera, se convertía en la quinta avenida neoyorquina o en la plaza Vendôme de París. Pero eso solo era el principio. Este año hemos visto cómo otra de las grandes marcas italianas ha abierto una tienda bar, tipo boutique que es como se dice ahora, en plena plaza de la Constitució. Al principio parecía raro ver un logotipo en plena fachada de esa casa centenaria, Can Toni Guillem. La casa en cuestión es una joya de arquitectura tradicional, del siglo XVIII, ahora transformada en un comercio de lujo de prendas deportivas. Un día entré con un amigo, por cotillear, y nos dimos cuenta de que no había etiquetas con los precios. Nos quedamos mirando la decoración y caímos en una especie de sensación estroboscópica, una ilusión óptica solo salvada, hay que reconocerlo, por el tratamiento de conservación aplicado a las vigas del techo. Nos volvimos a mirar y salimos del local ante la simpática sonrisa de las empleadas. Al cabo de unos días el cartel desapareció por arte de magia. El área de Patrimonio del Consell tuvo a bien actuar y obligó a retirar el cartel que colgaba a unos veinte metros de la iglesia de Sant Francesc, que como todo el mundo debería saber es monumento histórico y por lo tanto todo su entorno está sujeto a criterio de conservación pero también de índole estética. Claro que esto es diferente a la ética que el mercado, bendito mercado, se pasa por el forro. Esto es solo el principio del recorrido por la zona ‘exclusiva’ de Sant Francesc. No sé si tienen muchos clientes pero sí que he visto bolsas, muy ecológicas, de algunas de estas marcas en las que se puede leer: ‘New York-Londres-París-Formentera’. Y aquí es donde hacen caja. Una vez más el marketing logra resultados globales insospechados, a base de perder identidad en lugares pequeños como esta isla. Por si fuera poco a dos calles abre otra gran marca, en este caso para vender relojes supercaros.

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