Opinión | Tribuna

Eivissa, una ciutat per viure-hi

Desde que tomé la decisión de presentar mi candidatura a la alcaldía de Eivissa tuve clara una premisa que guiaría mi trabajo: estar cerca de la gente para centrarme en solucionar los problemas reales de los ciudadanos. Y si hay un problema que ha eclipsado a los demás, por su importancia, por el enorme drama social que conlleva, y por las consecuencias que tiene para todos nosotros, ese es el problema de acceso a la vivienda. 

Hoy, tras un año de gobierno al frente del Ayuntamiento de Eivissa, hemos invertido mucho tiempo en reorganizar y en optimizar la gestión de muchas de las áreas que simplemente con este cambio ya han mejorado notablemente sus resultados. 

Hemos conseguido reducir algunos de los problemas que más preocupaban a nuestros vecinos cuando nos eligieron para gobernar, y hemos sentado las bases para seguir mejorando en limpieza, seguridad, movilidad, aparcamiento, etc., para llevar a cabo la transformación y modernización de la ciudad que los vecinos demandaron con su voto. 

Sin embargo, si hay un drama que me ha preocupado y ocupado desde el primer día, ese ha sido la tremenda dificultad de nuestros vecinos para acceder a una vivienda digna. Soy consciente de que las competencias que tiene un Ayuntamiento en materia de vivienda son muy limitadas, pero me niego a excusarme en eso para no hacer nada o descargar responsabilidades en otras administraciones. 

Es por eso que desde el primer día hemos trabajado en analizar detenidamente el problema, sus causas, y lejos de plantear parches o buscar una simple foto, hemos trabajado en un plan sólido, riguroso y viable para poner sobre la mesa todos los recursos que como Ayuntamiento tenemos para minimizar este problema. 

Bajo el plan integral de vivienda ‘Eivissa, una ciutat per viure-hi’ queremos ofrecer la esperanza de que nuestros hijos no se tengan que ir de su ciudad, de que la vivienda sea realmente un derecho, y que Eivissa no siga la estela de gentrificación de grandes capitales europeas, donde sus barrios históricos se han transformado en meros dormitorios turísticos. Este plan ataca a las distintas raíces del problema de la vivienda: por un lado combate el alquiler turístico ilegal, poniendo más recursos y más contundencia que nunca en impedir que se comercialice turísticamente con las más de 900 viviendas que deberían formar parte del parque de alquiler residencial de nuestra ciudad. Por otro lado, dar seguridad jurídica a propietarios para favorecer que las más de 800 viviendas vacías que a día de hoy hay en nuestro municipio puedan incorporarse también al mercado, ofreciendo garantías de pago y seguridad ante posibles daños en la vivienda. Y por último, poner todos los solares que el municipio tiene disponibles para construir más vivienda pública. Frente a parches, fotos frente al mismo solar durante años o anuncios que nunca llegan a cumplirse, hemos estudiado detenidamente y en coordinación con el IBAVI y el Govern los solares que pueden cederse para construir vivienda pública en nuestro municipio, obteniendo su compromiso y llegando a la cifra de 997 viviendas, que son en realidad 997 planes de vida, 997 posibilidades de futuro para nuestros ciudadanos y para las futuras generaciones.

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