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El Consell amplía la caza de la torcaz para controlar la plaga

Una bandada de palomas torcaces en un campo de secano en Santa Eulària.

Una bandada de palomas torcaces en un campo de secano en Santa Eulària. / DI

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Los estragos que causan las palomas torcaces (Columba palumbus) en las cosechas de Ibiza están lejos de solucionarse, aunque tanto las explotaciones agrícolas como las administraciones prueben todos los métodos posibles para poner coto a la voracidad de estas bandadas. Con este objetivo, el Consell de Ibiza recurre ahora a la declaración de la isla como zona de emergencia cinegética temporal, para alargar así el periodo permitido de captura excepcional de estas aves.

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Redes de protección de las parras en un viñedo de la bodega Ojos de Ibiza en Sant Joan. / DI

En los últimos años ya se aplicaba esta vía a través de la ley de caza y pesca fluvial, pero el decreto de medidas urgentes de simplificación y racionalización administrativa, que entró en vigor el pasado 29 de mayo, ahora también permite actuar en épocas de veda o ampliar las cuotas de caza de las torcaces (o de otros animales silvestres que puedan suponer un desequilibrio por su exceso de ejemplares).

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Racimos de uva devorados tras el paso de una bandada de palomas torcaces. / DI

A través de la declaración de zona de emergencia cinegética, que acaba de ser publicada en el Botlletí de les Illes Balears (BOIB), el Consell ha abierto un mes de captura extraordinario debido a la alta población de torcaces, fijado entre el 21 de julio y el 24 de agosto. Todos los jueves y domingos comprendidos entre estas fechas, las personas con licencia de caza podrán abatir estas aves en los cotos privados.

De esta manera, el Consell adelanta en un mes la época permitida para combatir la presencia de esta especie respecto al año pasado, cuando el periodo de caza comenzó el 20 de agosto.

Solicitantes

El decreto del Consell de Eivissa se basa en que la población de palomas torcaces, que antaño era un ave migratoria de paso por la isla, «se encuentra en una situación favorable de expansión» desde hace más de una década. Consecuentemente, su presencia permanente está ocasionando unos daños «crecientes, crónicos y ampliamente extendidos».

Prácticamente todas las entidades agrarias locales han reclamado actuaciones urgentes al Consell de Caça de Eivissa para combatir esta plaga, que está agravando aún más los efectos de la sequía actual. Es el caso de la Asociación de Defensa Vegetal de Sant Antoni, las cooperativas agrícolas de Sant Antoni y Santa Eulària, así como Agroeivissa y el Consell Agrari de Eivissa.

Finalmente, en una reunión del Consell de Caça, celebrada el pasado mes de mayo, se acordó recurrir a la declaración de emergencia cinegética para apoyar las reivindicaciones del colectivo agrícola y reducir las pérdidas provocadas por las torcaces.

Medidas

En los últimos años, tanto las explotaciones profesionales como las de autoconsumo han ido probando todo tipo de herramientas para ahuyentar las aves. Recorriendo los campos de cultivo de la isla es fácil observar espantapájaros o cometas que simulan la figura de un águila.

Otro método habitual son los cañonazos con explosiones de gas o altavoces que emiten sonidos de rapaces. Sin embargo, los agricultores no dejan de sorprenderse por la astucia de estas palomas, que acaban reconociendo algunas de estas trampas si estas no van renovándose y cambiando su ubicación en las fincas. Por ello, se aconseja combinar varios de estos trucos y que no sigan una pauta regular a la que se puedan acostumbrar las torcaces, que llegan a juntarse en bandadas de varios centenares de ejemplares.

Las redes

Una de las medidas más efectivas es la instalación de redes protectoras sobre los frutales o viñedos, dos de los objetivos predilectos de estas palomas, que tampoco ponen reparos a devorar cultivos de secano y cualquier flor yema o brote de todo tipo de vegetales. En las últimas vendimias, las bodegas de la isla han tenido que lamentar pérdidas de hasta un 30% por culpa de su voracidad.

Sin embargo, se trata de un método muy costoso y que no es reutilizable, de manera que es prácticamente inasumible para las explotaciones de cierta extensión. Otra actuación efectiva es la presencia de cazadores en los cultivos, pero no hay tantos disponibles, ni periodo de caza suficiente, para acabar con los daños que provocan.

El Consell de Eivissa llegó a probar un sistema experimental en 2021 para ahuyentar a las torcaces con halcones, con la contratación de una empresa de cetrería. Sin embargo, la iniciativo no dio los resultados esperados y no tuvo continuidad en los años siguientes.

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