¿Por qué llueve barro en Ibiza?

La lluvia de barro sigue presente en gran parte de España

Lluvia de barro y polvo sahariano en Ibiza.

Lluvia de barro y polvo sahariano en Ibiza. / Vicent Marí

J. Torres

J. Torres

La lluvia de barro es un fenómeno muy habitual en toda la zona del Mediterráneo. En las Islas Baleares los ciudadanos están ya más que acostumbrados a ver caer del cielo un agua marrón que ensucia todo lo que toca, desde terrazas a vehículos, dejando todo cubierto de un manto rojo difícil de limpiar.

¿Qué es la lluvia de barro?

Para que llueva barro debe producirse un contraste de temperaturas entre el suelo y las capas medias y altas de nuestra atmósfera. La temperatura en el suelo, más alta, levanta las masas de aire arrastrando polvo hasta niveles altos de la troposfera, explican desde Eltiempo.es.

En este «viaje», y para que se produzca lluvia de barro, el aire cálido debe chocar con otro más frío. Si se eleva más y choca con algún frente que se encuentre en la zona caerá de nuevo a la superficie en forma de lluvia de barro.

 Las partículas de polvo que se transportan desde la superficie del desierto a niveles más altos de la atmósfera, pueden actuar como un núcleo de condensación para que el vapor de agua presente a esas altitudes, se adhiera y acabe formando gotas de agua.

Cuando múltiples gotas comisionan entre ellas dentro de una nube, forman gotas más grandes que acaban cayendo a la superficie debido a la atracción que sobre ellas ejerce la fuerza de gravedad. Al impactar con la superficie, el núcleo de polvo se mezcla con el agua y se acaba depositando como barro.

Pero aún más importante para producir la lluvia de barro, es que las propias gotas de agua al caer puedan colisionar a gran velocidad con las partículas de polvo en suspensión, arrastrándolas hasta la superficie donde se depositan como barro.

El fenómeno puede ocurrir cualquier mes del año, aunque en la región del Mediterráneo, habitualmente es más frecuente durante los meses de verano, cuando la actividad tormentosa es mayor, seguido por los meses de primavera y otoño.