Entrevista | Sara Lobato Decana del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos

Sara Lobato, decana del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos: «En Ibiza tenemos un parque edificado de 2024 e infraestructuras de los 80»

La masificación y su impacto en el medio ambiente y el bienestar es el gran tema de debate público. Una parte fundamental de la conversación gira en torno a las infraestructuras de la isla. ¿Hay que adaptarlas al volumen de visitantes o el problema es haber llegado hasta aquí? Sara Lobato, decana del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Balears (primera ibicenca y primera mujer que ostenta esta responsabilidad), reflexiona sobre ello y pide darle a su gremio la importancia que merece.

Sara Lobato, decana de la demarcación de Balears del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, minutos antes de la entrevista. | VICENT MARÍ

Sara Lobato, decana de la demarcación de Balears del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, minutos antes de la entrevista. | VICENT MARÍ

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

El debate sobre la masificación pivota, en parte, sobre si el problema es la falta de infraestructuras en Ibiza o si, por el contrario, no se debería haber llegado a esta situación. ¿Cómo ve este asunto?

Veo que las infraestructuras están estigmatizadas por la situación que vivimos y muchas veces se relaciona con nuestra profesión. Se nos ve como a unos profesionales consumistas de territorio, pero es todo lo contrario. Algo que tenemos en común todos los ingenieros e ingenieras de caminos es que estudiamos esta carrera precisamente para dar un servicio a la sociedad. Con respecto a la situación que se ha vivido en Balears, siempre estamos muy cuestionados, y no por las infraestructuras en sí, sino por una gestión un poco caótica. Ahora vivimos un momento crítico positivo para la profesión, es muy necesaria la intervención de los ingenieros.

Lobato en una sala de Diario de Ibiza. | VICENT MARÍ

Lobato en una sala de Diario de Ibiza. / Vicent Marí

¿Por qué?

Primero porque no hay datos. No sabemos en qué situación estamos desde un punto de vista teórico. Todo el mundo conoce la percepción, pero no hay mediciones, no hay estudios de capacidad con respecto, por ejemplo, a infraestructuras como las de carreteras. 2024 es un año de revisión del Plan Director Sectorial de Carreteras en Ibiza y es un momento de oportunidad para la ingeniería de saber cómo estamos para decidir qué vamos a hacer. Algo que siempre juega a favor de las infraestructuras y la profesión es que haya planificación, lo que requiere estudios y consenso político, con el fin de que las infraestructuras que se planifican se puedan llevar a cabo, porque nosotros no construimos prácticamente nada en cuatro años. Hemos llegado a un punto de visión común: algo hay que hacer para gestionar mejor el territorio, porque estamos al límite o incluso ya por encima en muchas situaciones. ¿Las infraestructuras están infradotadas o hay demasiada demanda? Pues depende. Puede ser incluso que pasen las dos cosas.

Por eso usted habla de la importancia de los datos.

Nos falta la domotización de las infraestructuras para saber cómo están funcionando en tiempo real. En alguna planificación ya tenemos marcado qué significa estar fuera de los niveles de servicio, pero ¿está ocurriendo? No lo sabemos.

¿Pide medir en tiempo real?

Eso sería lo ideal, pero es que ni siquiera tenemos la información. En el mundo ideal, habría departamentos de monitorización. Los estudios de la situación son la antesala de la planificación.

Las instituciones están intentando luchar contra el intrusismo. Puede ser que durante los próximos años se decrezca y entonces ya no se reciba a tantos turistas. ¿En qué situación quedarían unas nuevas infraestructuras?

Cuando se hacen los estudios de población para dimensionar una infraestructura, se hacen a través de los datos legales. Hasta ahora, los estudios se venían haciendo con los datos que están publicados de plazas turísticas y población; pero ahora se empiezan a utilizar también los métodos en los que se utilizan los datos de telefonía móvil. Y por eso sale que hay más gente. En todo caso, ¿debemos dimensionar y construir infraestructuras necesarias para la demanda? ¿Qué pasa si luego, como dice, baja esa demanda? También se pueden diseñar y construir teniendo en cuenta que habrá una disminución, de manera que, igual que la construyes, en un momento determinado se puede llegar a ponerla fuera de servicio y retirarla. Un ejemplo son las obras del paseo marítimo de Palma que se están llevando a cabo ahora. Era una infraestructura de carriles para conectar un dique con el centro del puerto desde un punto de vista más industrial. Ahora se convertirá en un espacio más de esparcimiento urbano, con actividades para el disfrute, porque se resuelve la circulación por otras vías.

Ya entró en el Parlament la ley para regular la entrada de vehículos en Ibiza, pero ¿qué posibilidades hay, teniendo en cuenta la población dispersa, de mejorar el transporte público?

Sin duda, tiene capacidad de mejora y ya no hablo como decana, sino como ciudadana de esta isla. ¿Hasta qué punto puede eso sustituir casi por completo al vehículo individual? Es que tampoco es necesario, simplemente con que haya un margen que acoja a una cantidad de personas que disminuya la presión de uso de la red de carreteras, eso ya será positivo. Cuando entre en marcha el nuevo servicio se tiene que poder empezar a ver esa mejora. De nuevo, uno de los problemas sería que se ponga en marcha y ya nadie se acuerde de monitorizar cómo está funcionando, dónde puedes tener una demanda que desconoces, dónde puede haber una mejora. También es clave que se lleve a cabo un mantenimiento adecuado para que la vida útil de cada infraestructura o servicio se cumpla en términos de calidad. Muchas veces la falta de personal o la infradotación, que nosotros también la sufrimos, al final está directamente relacionada con la calidad de las infraestructuras.

¿Por qué?

Nosotros tenemos que trabajar sí o sí a través de las instituciones. Cuando falta personal en éstas, que es otro problema gravísimo de Balears y de Ibiza en particular, también hay una falta de control y de servicio de las infraestructuras. Eso al final lo sufren los usuarios.

¿Qué problemas genera no contar con la figura del ingeniero de caminos en las administraciones?

Muchos, porque tenemos un perfil muy multidisciplinar. Cuando proyectamos algo, aunque estemos haciendo una red de saneamiento, por ejemplo, ya estamos pensando en muchas otras interferencias. No proyectamos únicamente solucionando un problema, sino que somos capaces de ir más allá de la solución concreta. Somos un perfil que en la Administración puede abarcar mucho y a veces considero que eso falta. Se nota cuando ves que están haciendo una actuación en algún sitio y piensas: ¿cómo no han tenido en cuenta esto otro que de repente te hace parar la obra porque alguien no había pensado en que aquí pasaba un cable de media tensión o que tienes una interferencia con otro servicio? Si hubiera más ingenieros e ingenieras de caminos en la Administración, el desarrollo urbanístico sería más ordenado y coherente con las necesidades de las personas.

Una de las consecuencias de esto y de haber crecido urbanísticamente sin mucho orden es algo que se ve en muchos barrios de la isla: las aceras son ridículas.

O inexistentes.

Hay muchos sitios de la isla donde caminar es incómodo, y si hablamos de personas con movilidad reducida...

En Ibiza existe un parque edificado, tanto hotelero como de viviendas, adaptado en términos de calidad al año 2024, y unas infraestructuras de los años 80. En una planificación urbanística del territorio tienes la superficie lucrativa y la superficie pública. La lucrativa está prácticamente toda edificada y la pública está a medias, incompleta. El proceso no es así, lo que te marca la ley del suelo es que hasta que no tienes los servicios ejecutados, no puedes pasar a la siguiente fase y no se podría edificar. La parte de servicios y espacios públicos y dotaciones ha de construirse de manera previa. Este es el orden lógico, pero muchísimas veces ha ocurrido completamente al revés. Eso, en sectores que organizas desde cero. En cierto modo, en los suelos urbanos que existen de por sí, los consolidados, te puedes encontrar con esas interferencias, pero también hay un margen de mejora grandísimo. Para verlo basta con viajar. Hay que hacer itinerarios peatonales, ya no le hablo ni de la infraestructura de aceras. No hay itinerarios peatonales. A día de hoy me sigue sorprendiendo, pero es que también es una voluntad de los gobiernos centrarnos en esto o en otros asuntos. Se hacen cosas, pero totalmente insuficientes.

El Govern está preparando una Ley de Áreas de Promoción Industrial para mejorar las infraestructuras. El sector denuncia que los polígonos, al menos en Ibiza, no tienen servicios básicos como una cafetería o suficiente aparcamiento para los trabajadores, por citar dos ejemplos. ¿Qué ha pasado en los polígonos?

Es que lo que ocurre en los polígonos es como todo lo demás. ¿En cuántas zonas edificadas hay agrupaciones que no tienen servicios porque están también en zonas en las que, desde un punto de vista de la ley del suelo, no deberían estar? Ahora ya están, ¿qué hacemos? Si eso sucede en un polígono industrial es que la transformación del suelo, desde no haber nada a existir el polígono, no se ha hecho con las fases que toca, se han invertido los pasos y no se ha ejecutado de la manera correcta. Eso está muy relacionado con un crecimiento que en Ibiza ha sido intenso, que a lo mejor ha sido más rápido que la capacidad que tiene la Administración, o que tenía la Administración en su día, para absorberlo.

El agua es otro tema. Hay prealerta por sequía. ¿Es asumible construir piscinas en primera línea de playa?

Sabemos por evidencias de mediciones que tenemos una falta de recursos como mínimo naturales, porque la prealerta es por el escaso nivel de agua que tienen los acuíferos. Así, nos planteamos introducir el agua de desalación, siempre por un tema de demanda. ¿Cuánto de conveniente es autorizar o no piscinas? O autorizar que haya más de lo que sea, me da igual. Existe tecnología para atender la demanda, pero ¿es sostenible? Desde el punto de vista ingenieril, es tan conveniente como los gobiernos quieran. Se hacen desaladoras y se aporta más suministro. Desde una óptica más racional, todas las nuevas infraestructuras no solo tienen que atender una demanda, sino ir destinadas a que los recursos naturales se recuperen.

Se habla de una cuarta desaladora.

Lo ideal sería que esa cuarta desaladora no se tuviese que utilizar o que cuando se utilice sea para la recuperación de caudales ambientales o naturales, para atender una demanda de emergencia, no que sea un recurso ordinario más. En teoría, estamos construyendo infraestructuras que, si deben ser sostenibles, no tienen que estar trabajando a su capacidad máxima, que este es el problema que tenemos en Balears y en Ibiza, que vivimos al límite. Para el año 2027 se supone que tiene que haber un máximo del 17% de pérdidas en la red y el promedio en la isla está por encima. Estamos hablando ya de construir una cuarta desaladora en la isla, que probablemente sea muy necesaria aunque sea para tenerla sin funcionar, pero hay una cantidad de agua que estamos perdiendo dentro del ciclo.

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