Los representantes de los trabajadores de las residencias gestionadas por el Govern en Ibiza califican de «buen acuerdo» el anuncio de la consellera de Asuntos Sociales, Catalina Cirer, de un plus de entre 350 y 525 euros al mes. «Llevábamos mucho tiempo esperando, desde el covid hemos sufrido mucha falta de personal. No podemos prestar la atención adecuada a todos los usuarios, porque cada vez hay menos gente que quiera trabajar en las residencias, es un trabajo muy duro», expresó Agustín Peña, secretario del comité de empresa de la residencia Can Raspalls, a la salida de la reunión mantenida entre las plantillas, la consellera, Catalina Cirer; la gerente de la Fundació d’Atenció i Suport a la Dependència i de Promoció de l’Autonomia Personal, Sira Fiz, y el director asistencial y de gestión, Jesús Díaz-Santos. Un encuentro que tuvo lugar en la residencia Sa Serra.
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«Gracias a quienes os habéis quedado y aguantado a pesar de las ofertas que os han llovido», expresó Fiz. «Ahora queremos trabajar en mejorar las condiciones laborales. Hay gente que tras el proceso de estabilización ha consolidado su plaza, pero aun así se ha ido porque ha encontrado mejores condiciones laborales en otro sitio», añadió Peña, quien valoró que con el complemento anunciado ayer se consigue retener a «la gente que está implicada y que tiene vocación».
El presidente del comité de empresa de Can Raspalls, Jaume Bardají, celebró la medida: «Nos nivela, nos coloca un poco más parejos a nuestra categoría profesional en otras administraciones. Estábamos a la cola de las remuneraciones. Tenemos un déficit de personal muy grande que este año esperamos poder paliar gracias a esta subida». En este sentido, señaló que hay «muchas bajas, renuncias, y gente que ha concursado y al poco tiempo se va porque encuentra mejores ofertas»: «Las plantillas están cubiertas, pero con una temporalidad muy precaria». El inicio de la temporada incide en este problema porque hay quienes optan por ir al sector privado y trabajar, en algunos casos, en otras profesiones, como la hostelería, confirma Bardají.