Jorge Molinero Picornell: «Es como si Le Senne hubiera querido matar de nuevo simbólicamente a mi tía Aurora»

Jorge Molinero Picornell (París, 1954), sobrino de Aurora Picornell e hijo de su hermana Llibertat, no encuentra una explicación que pueda justificar el gesto del presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, durante el pleno de derogación de la Ley de Memoria Democrática del miércoles, al romper en un arranque violento la imagen de su tía que la diputada socialista Mercedes Garrido exhibía de forma reivindicativa.

«Es como si simbólicamente la hubiera querido matar de nuevo», asegura en conversación con Diario de Mallorca desde París, todavía impactado por la acción del dirigente de Vox, que conoció con detalle por el relato del historiador mallorquín David Ginard, experto en la Guerra Civil y biógrafo de Aurora Picornell. 

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«Diría que ni Gabriel Le Senne ni Vox han superado el pasado, que pese a que la ultraderecha forma parte ya de la vida política y de las instituciones en España, no son capaces de confrontar ideas con sus rivales políticos de una forma pacífica», argumenta el sobrino de Aurora Picornell. Y en este punto de su conversación pausada recuerda la frase de Albert Camus que cita de carrerilla: «El demócrata es quien admite que un adversario puede tener razón, quien le deja expresarse y quien accede a reflexionar sobre sus argumentos». Y añade de nuevo citando al autor de El extranjero y La peste: «Cuando los hombres están lo suficientemente convencidos de tener razón como para aceptar cerrar la boca con violencia a su adversario, la democracia deja de existir».

«Siendo Le Senne presidente del Parlament —argumenta—, no podemos pensar que actuara de una forma impulsiva, porque hubiera podido expulsar de la cámara a los diputados. Y el gesto de romper la imagen de Aurora y hacerla añicos en público es una acción calculada fruto de la locura de quien no es capaz de imponerse sin violencia», considera. 

Del mismo modo, Jorge Molinero Picornell subraya que las excusas posteriores de Le Senne, hablando de las provocaciones de la izquierda, le resultan poco creíbles. «Me parece hipócrita, porque me parece inconcebible que desde su posición de poder en la cámara rompiera la imagen sin pensarlo», sostiene. 

«La decisión de derogar la Ley de Memoria Democrática no me resulta sorprendente, porque así lo habían prometido PP y Vox. Sin embargo —subraya—, el gesto de romper la foto de mi tía Aurora es indigno de una asamblea democrática», asegura. 

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«El Parlament quiere negar la verdad histórica que ya fue comprobada. Y legitimar los asesinatos falangistas. No ha mostrado el menor respeto por la conducta heroica de mi tía», afirma. «Pero el verdadero problema es haber elegido una asamblea con semejante mayoría. Demuestra que sigue siendo tremendamente difícil crear una conciencia verdaderamente perdurable sobre las lecciones que nos transmite a historia», lamenta.

Vox y la ultraderecha francesa

Molinero establece en este punto diferencias significativas entre Vox y la pujante ultraderecha francesa, por cuyo crecimiento siente también una gran preocupación. 

«No creo que exista ningún dirigente de la ultraderecha francesa que se atreva a hacer hoy públicamente una apología de la Francia de Vichy —el Estado títere del mariscal Pétain tras la firma del armisticio con la Alemania Nazi—». «Y si surgiera una figura así sería rápidamente apartada de cualquier cargo dirigente», afirma convencido. 

Y continúa su reflexión en Francia. «Tras el resultado de las Elecciones Europeas resulta realmente preocupante que en las legislativas francesas del 30 y el 7 de julio pueda imponerse la ultraderecha. El riesgo que ha asumido Macron al convocarlas es muy elevado, sobre todo teniendo en cuenta el sistema de elección mayoritario y el elevado nivel de abstencionismo en los últimos comicios, lo que puede cambiar completamente el signo de la Asamblea».

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