El proyecto de fin de carrera de este ibicenco de 22 años –´Diseño sublineal evolutivo de códigos correctores de errores´– acaba de recibir el primer premio de los proyectos de final de carrera de la Asociación Catalana de Inteligencia Artificial. Asegura que en el instituto no fue un estudiante modelo, pero ahora despunta como uno de los mejores en lo suyo. Y sale con sus amigos todos los fines de semana.

Tiene 22 años pero las ideas muy claras. Un objetivo le ronda la cabeza: llegar al Instituto Tecnológico Massachusetts (MIT) de Boston, donde nació Internet. Acaba de ganar el primer premio de proyectos de fin de carrera de la Asociación Catalana de Inteligencia Artificial.

— ´Diseño sublineal evolutivo de códigos correctores de errores´ es el título del proyecto premiado. ¿Podría explicarlo para el común de los mortales?

—Hice Ingeniería Informática y el proyecto de final de carrera fue por la rama de la Inteligencia Artificial. Me dieron matrícula de honor, el director del proyecto me habló de los premios y lo presenté. Trabajo en una rama de la Inteligencia Artificial que se llama Aprendizaje Automático. Dentro de esta rama hay muchas subramas y en la que trabajo yo es en la de subclasificación. Sería algo así como un sistema que aprende qué es una silla con unos modelos matemáticos y así, si le presentas otra silla, el sistema podrá decir: esto es una silla. Es básicamente reconocimiento de patrones. El avance que hemos hecho ha sido introducir un algoritmo genético en estos problemas.

—Esto se complica...

—[Risas] Tiene que ver con la teoría de la evolución de Darwin. Él dijo que se puede ver la evolución como el proceso en el que el individuo se va adaptando al medio cada vez más. Pues los algoritmos genéticos funcionan de manera parecida. Tienes una población de posibles soluciones para tu problema y entre ellas se van cruzando, mutando, se aparean y, generación a generación, las soluciones son mejores y se aplican mejor.

—Con solo 22 años ha terminado una carrera como Ingeniería Informática y un máster en Inteligencia Artificial. ¿Cómo lo ha hecho?

—No era un chaval de sacar buenas notas en el instituto, no era ningún cerebrito. Pero encontré mucha motivación en la carrera. El proyecto de fin de carrera fue el súmmum. Salió bien. Terminé el grado en tres años y medio, cuando dura cuatro años, y justo cuando acabé me dieron la oportunidad hacer el máster de Inteligencia Artificial que empecé en enero y terminé en junio. Lo que tenía que haber hecho en año o año y medio lo hice en seis meses. La tesis de máster fue una profundización del proyecto, ampliándolo un poco. Ahora estoy estudiando el doctorado.

—¿Cómo le va?

—Cuando haces el doctorado normalmente se te evalúa por el número de revistas que tienes. Llamamos ´tener una revista´ a haber publicado en un medio de carácter científico muy potente, que representa un avance con respecto a los referentes que hay actualmente. Cuando tienes dos o tres revistas te autorizan a presentar la tesis doctoral. Acaba de llegarme la primera confirmación de publicación, que envié cuando estaba haciendo el máster. Estoy muy contento. Eso sí que es una alegría, es casi más importante que el premio.

—Habrá una competencia feroz para publicar.

—Uf, muchísima. Cada año la investigación avanza. La gente pelea por sacar cosas nuevas.

—¿Qué planes tiene de futuro?

—Trabajo entre el departamento de Matemática Aplicada y Análisis y el Centro de Visión por Computadora de la Autónoma de Barcelona. Hemos formado un grupo de investigación en el que nos dedicamos a hacer análisis del comportamiento humano. Si grabamos esta conversación con una cámara y lo conectamos a un ordenador, un algoritmo aprende que nuestros gestos y tono de voz son de una charla tranquila. Si cambiamos el tono de voz y gesticulamos más el algoritmo reconocerá que el ambiente es tenso.

—¿Se puede aplicar a la vigilancia de seguridad?

—Sí, es lo primero que se toca cuando hablamos de análisis comportamiento humano. Me gusta investigar pero también que lo que se descubre tenga una aplicabilidad. Si no aportas nada nuevo al mundo no sirve para mucho.

—¿Y planes a largo plazo?

—Voy a intentar ir a Boston, al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). No hay nada concreto todavía pero hay una posibilidad. Esta universidad es el top. Es la cuna de Internet, es la mejor universidad del mundo. Tengo el sueño de completar una estancia allí para sacar el máximo provecho. Si tienes en el currículum que has estado en el MIT se te abren muchas puertas. Soy joven y estoy un poco verde, soy consciente de ello. Necesito un año o año y medio para madurar las ideas y llevar a Boston algo sólido debajo del brazo. Conozco a gente que ha ido y que se vio desbordada por el ritmo de trabajo. De nueve a nueve, con una competitividad muy fuerte... muy distinto al ambiente de la Universidad en Barcelona, donde hacemos piña. En los sitios punteros la gente está esperando a que cometas un error para pasarte por encima. Eso sí me preocupa. Echar horas no es un problema.

—¿Es cierto que la investigación en España no está bien pagada?

—Es cierto. Ahora mismo, este año, mi financiación es prácticamente nula. Pedimos becas al Ministerio para investigación pero, aunque las consigas, son 1.100 ó 1.200 euros, que para todo el trabajo que se hace es poco. En Estados Unidos por hacer casi cualquier cosa pagan mucho más. Aquí se está poniendo muy difícil encontrar una fuente de financiación. Con la crisis, peor. El nivel de inversión en Estados Unidos no es comparable a España. Japón y China también invierten mucho y cada vez más Alemania y Holanda.

—En ´La red social´, la película de David Fincher sobre Facebook, pintan a los informáticos como una gente bastante asocial, verdaderos ´frikis´...

—El estereotipo de informático que está en casa todo el día jugando a la videoconsola, al rol, y viendo pelis existe. Pero no todos somos así. Que nadie me quite salir de fiesta y mis fines de semana, como buen universitario que soy. Vivo con otros tres amigos de Ibiza que fuimos al instituto Sa Blanca Dona juntos y estamos realmente muy bien. ¡Me considero una persona muy social!