ArcelorMittal tiene una estrategia frente a China y afecta a las factorías asturianas

El grupo concentra su inversión en EE UU, India y Brasil, países con fuerte demanda de acero, abundante energía verde y barreras a la entrada de productos del gigante asiático

Bobinas de acero listas para ser embarcadas en el puerto de Yingkou, en el noroeste de China.

Bobinas de acero listas para ser embarcadas en el puerto de Yingkou, en el noroeste de China. / EFE

Pablo Castaño

El futuro de la industria siderúrgica, clave para la economía asturiana, estará determinado principalmente por la geopolítica, la descarbonización, la política comercial, las tendencias tecnológicas, las demandas de los clientes y, sobre todo, por China. "Mi trabajo es descifrar todo eso y encontrar los mejores lugares para actuar", señala David Clarke, vicepresidente y jefe de Estrategia de ArcelorMittal. Su táctica pasa por concentrar las inversiones en países como Estados Unidos, India y Brasil, donde hay creciente demanda de acero, energía verde abundante y férreas barreras a la entrada de productos siderúrgicos chinos. Un plan que en principio no favorece a la siderurgia asturiana, necesitada de inversiones para su descarbonización, pero que también incluye una apuesta clara por la I+D y por la fabricación aditiva, que está germinado en Avilés para todo el grupo.

China, el origen de todo

Clarke señala que para comprender el mercado mundial del acero hoy en día hay que remontarse al año 2000 y al surgimiento de China como un actor importante en la economía global y un enorme productor de acero. Antes de eso, el consumo mundial de productos siderúrgicos estaba estancado; pero las reformas económicas de principios de la década de los noventa del pasado siglo empezaron a dar sus frutos en China y la demanda de acero despegó. Crecía cada año entre 60 y 70 millones de toneladas, en un mercado mundial de alrededor de mil millones de toneladas en aquel entonces. Sin embargo, al mismo tiempo que la demanda estaba en auge, los chinos estaban añadiendo capacidad a un ritmo asombroso: de 10 a 15 nuevas plantas de acero al año. Como resultado, en 2005 habían pasado de ser importador neto de acero a exportador. En cinco años, el mercado que había sido la mayor oportunidad era la mayor amenaza.

Una amenaza global. "El problema es que China se hizo tan grande que simplemente eclipsó a todos los demás", señala el jefe de Estrategia de ArcelorMittal. Apunta que en 2000, China produjo poco menos de 130 millones de toneladas de acero, pero en 2020 esa cifra había aumentado a más de 1.000 millones, más de la mitad de la producción mundial. "Por lo tanto, incluso si China sólo envía una pequeña proporción de su acero a los mercados extranjeros, todavía tiene un impacto enorme en la oferta y los precios globales", destaca Clarke, que añade que con la desaceleración de la economía china en la última década, la oferta ha superado constantemente la demanda y en algunos años han estado exportando hasta 100 millones de toneladas al año.

Producción Mundial de acero

Producción Mundial de acero / WorldSteel Asociation

Las minas, un tesoro

El desafío de China "es difícil, pero no insuperable siempre que se cuente con la estrategia adecuada", afirma Clarke. La demanda china hizo subir los precios de las materias primas; pero ArcelorMittal nunca se ha desprendido de sus minas de hierro para mantener bajos los costos estructurales. "Esa decisión hoy nos resulta muy útil. Nuestras minas de autoconsumo hacen que nuestras operaciones siderúrgicas sean más competitivas y nuestras minas orientadas al mercado (en Liberia y Canadá, que abastecen, entre otras, a las plantas asturianas) ofrecen buenos niveles de rentabilidad y un fuerte potencial de crecimiento, particularmente en Liberia, donde estamos triplicando la producción", resalta el vicepresidente de Arcelor.

Los mercados estratégicos

Clarke apunta que la influencia de China también influye en las decisiones de la compañía sobre los mercados en los que quiere estar. Apunta, por ejemplo, que en el sudeste asiático hay 500 millones de personas y muchísimo potencial de crecimiento y que esto debería hacer que la región fuera muy atractiva. "Pero países como Filipinas e Indonesia son mercados naturales para los productores chinos, y si te enfrentas cara a cara con ellos, te arrollan", explica Clarke, que compara esa situación con la India. "Allí hay 1.500 millones de habitantes, un enorme potencial de crecimiento y ninguna posibilidad de que los chinos inunden el mercado con acero barato debido a las tensiones geopolíticas. Por eso estamos invirtiendo tanto en nuestra empresa conjunta en la India", explica el estratega de Arcelor, que añade que Brasil es similar: "mucho mineral de hierro, una dinámica de demanda decente, una estructura de mercado no fragmentada y un buen nivel de protección de las importaciones". Y completa el trío de mercados preferentes para la inversión Estados Unidos. "Este es un mercado grande y sofisticado con mucha demanda de productos premium de alto valor, pero también tiene altas barreras de entrada para el acero chino", señala Clarke, que recalca que "la clave es posicionarse en mercados donde se pueda lograr una ventaja estructural sostenible".

La palanca tecnológica

El estratega destaca que Arcelor pone mucho énfasis en la I+D –en Asturias está uno de los centros globales de la compañía– y que ha sido de gran utilidad frente a China. Pero añade que no es un escudo perpetuo, "porque los productores chinos pueden innovar y mejorar muy rápidamente". No obstante, añade que existe un enorme potencial para que la inteligencia artificial mejore la eficiencia de la fuerza laboral de Arcelor y todos los aspectos de operación. "Y luego está el potencial de la fabricación aditiva, en lugar de reductiva", añade Clarke, que utiliza un clip para poner un ejemplo. "Comienza su vida como un cucharón de 150 toneladas de acero líquido que se moldea y corta en trozos cada vez más pequeños hasta que alcanza su forma final. Es un proceso increíblemente ineficiente y derrochador. ¿No sería más sencillo imprimirlo en 3D?", se pregunta. Dentro de esa estrategia está AcelorMittal Powders, la nueva unidad de negocio de la multinacional para producir en Avilés polvos de acero de alta calidad para la impresión 3D.

La descarbonización

Clarke señala que la transición energética implica un uso masivo de acero. Además, añade que presenta un desafío de costos, pero también una gran oportunidad, especialmente si se tiene acceso a cantidades significativas de energía "limpia", es decir, energía renovable, bioenergía y captura y almacenamiento de CO2. "Tanto Europa como Estados Unidos están invirtiendo masivamente en energía eólica y solar, al igual que China. Pero los chinos no están en una posición favorable frente a América del Norte o Brasil en lo que respecta a la bioenergía. Tampoco están cerca de lugares como el Mar del Norte y el Golfo de México, que serán sitios importantes para la captura y almacenamiento de carbono", explica.

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