El deporte ibicenco se queda sin una de sus principales referentes después de que Ana Ferrer Prohías anunciara ayer que el de hoy será su último partido como jugadora balonmano profesional.

La emblemática deportista ibicenca pone punto y final a una carrera de 16 años, ocho de ellos en la élite del balonmano nacional, primero con el Alcobendas madrileño y desde hace tres años con el club de toda su vida, el HC Puig d'en Valls. Ferrer alegó motivos personales y profesionales a la hora de tomar una decisión que ya manejaba desde su regreso a la isla hace ya tres temporadas.

«Es un momento complicado y un poquito triste porque tengo que decir adiós a una etapa de mi vida que va a ser inolvidable y en la que no he podido ser más feliz», manifestó Ferrer durante su intervención en la sede del club.

La jugadora del Puchi estuvo acompañada por la capitana del equipo, Ana Boned, y por varias compañeras de la plantilla de la Liga Guerreras Iberdrola, además de por Noel Cardona, el que ha sido su entrenador durante la práctica totalidad de su trayectoria deportiva, y de su hermano José Antonio Ferrer, presidente del HC Puig den Valls.

Los motivos por los que abandona las pistas van desde el terreno personal al laboral. «Quiero disfrutar de más tiempo para mí, tiempo libre, seleccionar si quiero descansar, viajar o hacer otras cositas, y otro motivo que me pesa mucho es a nivel profesional. Soy entrenadora personal y me hace muy feliz ayudar a la gente. Quise jugar lo mejor posible al balonmano y a día de hoy quiero ser la mejor entrenadora. Me hace feliz ayudar a la gente y para eso quiero invertir tiempo en seguir formándome. Quiero crecer en este sentido y tener tiempo para mí, para mi familia, amigos y pareja», argumentó.

Ana Ferrer desveló que su intención era dejar el balonmano hace tres años, una vez regresó a la isla tras poner fin a su etapa con el Alcobendas en la máxima categoría estatal: «La decisión de dejar el balonmano la tomé el último año de Madrid. Hace tres años dije que dejaba de jugar al balonmano pero claro, vienes aquí, el equipo se deshacía, y cuando tienes enfrente a Ana [Boned], a tus compis de siempre y solo con pensar en volver a jugar a su lado y disfrutar de este deporte no pude decir que no».

En Madrid dijo haber aprendido «muchísimo», pero acabó viendo el balonmano «como un trabajo, no como un hobby y una diversión». «Tomé la decisión de enfocarme en otros puntos, pero claro al volver aquí volví a disfrutar del balonmano y he terminado con quien empecé y con quien más quiero», señaló en referencia a sus compañeras, entrenador y familia.

Ferrer desarrolló su respuesta explicando que en su regreso a casa «quería disfrutar de esta experiencia tan bonita» que significaba alcanzar la División de Honor del balonmano femenino. No sólo para las propias jugadoras o para el club, «sino para la isla». «Y ahora que ya lo he disfrutado es cierto que no quiero alargar más la situación. Necesito dar este paso, tengo muchos retos y el día sólo dura 24 horas. Me va a dar mucha pena no jugar con ellas, pero puedo aportar mucho. Espero que siga el equipo y darles caña a nivel físico y algún día acercarme a los equipos de base», puntualizó.

«Me llevo muchos tesoros»

El momento más emotivo de la rueda de prensa llegó al recordar precisamente a sus colegas de vestuario, la mayoría de las cuales son amigas desde la juventud. «Desde que empecé en el club los entrenadores nos han enseñado humildad y una serie de valores que en ningún otro sitio te enseñan de esta manera. He tenido unas compañeras que son unas fuera de serie y me las llevo a todas. Ahora empiezo otra etapa y quiero disfrutar de ellas en otros sentidos», relató entre lágrimas.

La ibicenca aseguró ante las cámaras que «lo más bonito» que le deja el balonmano es «toda la gente» con la que ha podido «compartir momentos». «El broche total fue el ascenso porque teníamos a toda Ibiza volcada. No era sólo un club sino una isla, el sentimiento era enorme y fue impresionante. Pero también cuando fuimos campeonas de España, el año que nos íbamos a separar porque nos íbamos a estudiar fuera, el ascenso, ahora la permanencia... Es que tengo muchos tesoros y me los pienso llevar a todos. Me tocó la lotería con el Puchi», recordó Ferrer, para quien su carrera en las pistas ha sido «un sueño».

Del mismo modo, Ferrer tuvo palabras de agradecimiento hacia Noel Cardona, quien también ha anunciado que abandonará los banquillos a final de temporada para afrontar nuevos retos personales. «He tenido diferentes entrenadores, pero para mí Noel es una persona con la que he crecido y a la que siempre hemos querido imitar, sobre todo en aspectos fuera de pista más que dentro de pista. Ha marcado nuestro crecimiento totalmente, siempre ha estado a mi lado y me ha apoyado en todo y me da pena que lo deje porque nunca he conocido un entrenador igual», señaló Ferrer.

Por su parte, Ana Boned resaltó que el regreso al Puchi de su amiga Ana Ferrer supuso «volver a unir el grupo que se separó en 2008 por estudios». «Con ella todo son sonrisas, positividad y que todo salga bien. Es genial tenerla al lado», destacó la capitana de un equipo que pierde a su alma mater.