Baloncesto | Final por el ascenso a LEB Oro

El Class Sant Antoni se queda sin el premio del ascenso a la LEB Oro

El equipo ibicenco gana el partido de vuelta al Morón (83-76), pero los sevillanos aguantan para hacer valer su victoria en la ida. Grimau juega su último partido y el club de Portmany retira su camiseta

De La Rúa intenta taponar sin éxito un lanzamiento muy forzado de un contrincante del CB Morón ante la mirada de sus compañeros. | TONI ESCOBAR

De La Rúa intenta taponar sin éxito un lanzamiento muy forzado de un contrincante del CB Morón ante la mirada de sus compañeros. | TONI ESCOBAR / REDACCIÓN

La LEB Oro tendrá que esperar para el Class Bàsquet Sant Antoni. El billete que había en juego este sábado, en el partido de vuelta de la eliminatoria final disputada en un Pabellón de Sa Pedrera a rebosar, fue al Starlabs Morón. La victoria fue para los de Portmany (83-76), pero los sevillanos habían ganado de nueve en la ida (74-65), por lo que cumplieron su sueño de dar el salto de categoría. En un encuentro épico, el Sant Antoni lo intentó de todas las formas posibles. Incluso, en un final de infarto, los pitiusos tuvieron la canasta para enjugar la desventaja, pero el tiro de Rafa Casanova no quiso entrar. Sólo falla el que lo intenta.

Los jugadores del CB Morón celebran el ascenso a la LEB Oro.

Los jugadores del CB Morón celebran el ascenso a la LEB Oro. / REDACCIÓN

Jordi Grimau jugó su último partido como profesional y recibió la despedida que se merece. Su camiseta, con el dorsal 22, ha sido retirada por el Sant Antoni y ya cuelga del techo de Sa Pedrera. El catalán, emocionado, agradeció todo el cariño recibido. Ahora seguirá como director deportivo de la entidad pitiusa, que la temporada que viene volverá más fuerte para conseguir ese ansiado salto a la segunda categoría del baloncesto masculino español.

Uclés pasa el brazo alrededor de la cabeza de Casanova, que estaba hundido por la derrota.

Uclés pasa el brazo alrededor de la cabeza de Casanova, que estaba hundido por la derrota. / REDACCIÓN

El bloque entrenado por David Barrio ha protagonizado una campaña para el recuerdo. Nunca antes un conjunto ibicenco había llegado tan lejos para intentar instalarse en la antesala de la ACB. El Class se ha quedado a tres puntos de conseguirlo. Se ha sembrado para recoger en el futuro. La historia no acaba aquí.

Arropado por una entregada afición, que sigue creciendo día tras día, el Sant Antoni comenzó el partido como un cohete. El 12-5 de salida obligaba al entrenador visitante, José Antonio Santaella, a pedir tiempo muerto para refrescar las ideas de los suyos. El cuarto acababa 17-13, con los isleños por delante y con Fede Uclés como líder indiscutible de los suyos.

Cerca de la remontada

En el segundo acto, el Class siguió creciendo. Un triple de Tomaic y una canasta de dos de Uclés dejó el electrónico en 24-13. Santaella paraba de nuevo el partido. Los sevillanos empezaron a verse revitalizados antes del descanso, con Kouadio y Marín sosteniendo a su escuadra. Con el 40-32 se llegó al intermedio.

En el tercer cuarto, el guion iba a ser el mismo. El Sant Antoni no acababa de romper el choque, con un Morón que resistía con uñas y dientes y vivía de triples casi imposibles. Y eso que se quedaron sin su entrenador, expulsado con dos técnicas. Tras diez minutos más, los sanantonienses seguían por delante (62-55), pero no era suficiente.

Morir en la orilla

El último acto fue un carrusel de emociones. A falta de 2:27 para el final, el Morón tomó la delantera por primera vez con una canasta de dos de Parejo (74-75). Todo parecía perdido para el Sant Antoni, pero, en un arranque de coraje, los de Barrio recortaron las diferencias. Entraron con seis puntos de renta (81-75) a falta de un minuto para la conclusión. Siguieron remando hasta el 83-76, pero el marcador no avanzó más. Y eso que Casanova tuvo un tiro para cambiar la historia y que hubo una acción polémica que pudo ser falta a De la Rúa en su intento de triple. Los colegiados no pitaron nada y ahí se acabó el partido. Los del Sant Antoni lloraban de tristeza y los de Morón de alegría. Así es el deporte. El club ibicenco volverá más fuerte en el futuro.

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