A medida que la tecnología ocupa un lugar creciente en nuestras vidas, aumenta también la preocupación por la privacidad de nuestros datos en internet. Los móviles atesoran cada vez más información relativa a nuestras vidas: fotos, vídeos y multitud de datos asociados a aplicaciones con las que gestionamos parte de nuestras tareas del día a día.

En el bolso o el bolsillo cargamos, pues, con información sensible cuya pérdida puede suponer un serio trastorno. Esos datos, sin embargo, no sólo pueden estar en riesgo en el caso de pérdida o de robo, sino que se ven expuestos también a la posibilidad de que sean accesibles a través de herramientas más sofisticadas, las que permiten un acceso remoto desde otros dispositivos.

Más allá de las revelaciones de Edward Snowden sobre la presunta capacidad de los gobiernos para acceder a los móviles de los ciudadanos de a pie, existen algunas herramientas que permiten revisar o manipular smartphones ajenos desde otros equipos conectados a internet.

Pero, ¿de qué aplicaciones se trata?

Existen aplicaciones sencillas que permiten hacer el seguimiento de un móvil desde otro. De este tipo son los programas que permiten, por ejemplo, controlar a niños o mayores, y que habitualmente sirven para conocer la ubicación de las persona en cuestión. Igualmente los que facilitan la localización de un aparato concreto en caso de pérdida, como 'Find My iPhone'. Estas herramientas son visibles por el propio usuario, que puede desactivarlas.

Aplicaciones más avanzadas, como MobileSpy (para Android), Mspy y otras dan un acceso mayor a móviles ajenos, unos permisos que pueden llegar permitir el control completo del dispositivo y de la información guardada en él. Eso sí, su instalación requiere la manipulación del smartphone objeto del control y no dejan un rastro visible para un usuario medio. Su utilización puede bordear la legalidad porque, en principio, sólo estaría permitido para hijos menores de edad o personas tuteladas. En ocasiones, también pueden ser utilizados en algunas empresas como herramientas de trabajo.

Estas apps avanzadas ofrecen un acceso casi completo a los datos e información de los terminales, como el historial de navegación en internet, e incluso permiten grabar conversaciones o tomar fotos de forma remota.

Además de las apps, existe malware que puede alojarse en nuestros móviles sin que nos percatemos. Se trata de utilidades que pueden ser utilizadas por ciberdelincuentes con un fin lucrativo, incluso a través del chantaje.

¿Cómo saber si me están espiando?

Para saber si nos están espiando sin que los sepamos, podemos llevar a cabo una serie de comprobaciones, aunque no siempre depende de nosotros descubrirlo sin la ayuda de un experto.

Antes de todo, deberemos estar atentos a algunas señales que nos pueden servir de alerta:

-Batería. Si notamos que repentinamente el móvil consume más batería de lo habitual y no encontramos la explicación en las apps que conocemos o en un mayor uso, deberemos ponernos bajo alerta.

-Consumo de datos. Igualmente, un consumo de datos mayor del previsible puede avisarnos de un uso de la Red ajeno, algo imprescindible en la transmisión de datos que requieren estas aplicaciones.

-Temperatura elevada sin estar en uso por su portador. Está podría ser una señal de que el móvil está siendo manipulado de forma remota.

-Examinar exhaustivamente las carpetas con un explorador de ficheros y revisar cualquier documento sospechoso.

Para prevenir ser espiado, es recomendable usar antivirus o antimalware para detectar y eliminar aplicaciones maliciosas. Además, es conveniente usar una contraseña segura.

Tampoco hay que usar redes wifi que no sean seguras, y hay que evitar en la medida de lo posible permitir el acceso al móvil a nadie sin que estemos presente.