Durante la anterior legislatura del PP en el Govern, desde la dirección general de Medio Natural, con Neus Lliteras al frente, se aprovechó la redacción algo confusa de uno de los artículos del Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) de Ses Salines para permitir más concesiones en la zona costera del parque natural. Así lo asegura la actual responsable de Espais Naturals y Biosfera, Caterina Amengual, quien afirmó en una entrevista que esa instrucción interna, «no publicada, contradecía el PRUG y daba pie a autorizar muchas más instalaciones», más allá de los límites que fija la propia ordenación del parque. Por ello se revocó tras el cambio de Govern.

Desde la conselleria tienen constancia de que en base a esa orden interna se informó favorablemente al menos una escuela de kayak a los pies de es Cap des Falcó y también una pasarela en es Codolar junto a una zona muy sensible del parque por la presencia del águila pescadora. En ambos casos se aplicó la circular que firmó Lliteras en abril de 2014 para «unificar» la interpretación que hasta entonces se daba al artículo 105 del PRUG. En realidad, según fuentes de la conselleria, lo que se hizo fue «buscar un agujero» en el ordenamiento del parque por el que aumentar la permisividad a la hora de autorizar nuevas concesiones en la costa.

El «agujero» en la ley

Y ello cuando el artículo cuya interpretación se quería «unificar y homogeneizar» buscaba todo lo contrario. De hecho, en el apartado ‘a’ del PRUG se incluye un cuadro que limita las hamacas, parasoles, puntos de fondeo, kioskos, pasarelas, velomares y escuelas de vela que podrá tener como máximo cada playa del parque.

El «agujero» se encontró en el párrafo siguiente a ese cuadro de máximos para introducir una posible excepción en las playas más urbanizadas del espacio protegido: sa Roqueta y es Pujols, ambas en Formentera. El texto, aún dentro del apartado ‘a’, reza: «Únicamente se podrá autorizar la implantación de una nueva estructura de servicio de temporada que no esté considerada en los cuadros anteriores, como es el caso de la colocación de pasarelas para mejorar la accesibilidad de minusválidos así como la colocación de sanitarios químicos o duchas en las playas de es Pujols y sa Roqueta, previo informe favorable del organismo gestor de los espacios naturales protegidos».

En un punto ‘c’ del PRUG fija, de forma literal, que los tramos de playa sin ningún servicio de temporada «deberán de mantener su carácter natural». Pero en la circular emitida siendo Gabriel Company el conseller de Medio Ambiente se instruye a los técnicos de la conselleria que el párrafo ‘reinterpretado’ en realidad abre la puerta a ampliar el número de servicios. «En ningún caso significa que solo se pueden autorizar pasarelas para minusválidos, sanitarios...», indica la circular, solo que los tipos de instalaciones que no se enumeran «se deberán autorizar previo informe favorable del organismo gestor».

Más instalaciones en la costa

En la circular se argumenta que «no harían falta puntualizaciones si el apartado ‘a’ fuera excluyente». Por ello se detallan unos nuevos «requisitos» para informar a favor de nuevas instalaciones, incluso en las playas consideradas naturales (de tipo A), las que el PRUG insta a «preservar de cualquier nuevo uso (...) manteniéndolas libres de servicios e instalaciones». La orden indica que, incluso en estos parajes bien conservados, «las instalaciones de temporada serán limitadas, manteniéndolas libres en la medida de lo posible». Permite «nuevos puntos de atraque» en las playas de uso turístico moderado (los extremos des Cavallet, Bol Nou o es Codolar, Platja de n’Adolf o es Trucadors, entre otras), y abre la mano a más instalaciones en las playas consideradas de uso turístico y urbanas, «aunque devengan en un uso intensivo».