Isabel Ferrer, la directora del centro, ríe al mirar de nuevo las imágenes de ese momento. «Ya se lo imaginaban, pero cuando se lo dijimos se pusieron muy contentos», reconoce Ferrer mientras va pasando en la página web del centro las fotografías que los profesores han hecho durante todo el proceso. La directora explica que decidieron tirar hacia adelante con el proyecto cuando desde la conselleria les informaron de que eran uno de los cinco centros de Balears escogidos para participar en esta experiencia, que todavía no se ha presentado oficialmente.
«Nosotros ya éramos un centro que había participado en otros proyectos para llevar las nuevas tecnologías a las aulas, así que era más fácil», comenta mientras continúan pasando las imágenes. «Nos lo propusieron a finales de agosto, lo consulté con la tutora y decidimos que no podíamos quedarnos atrás en la incorporación de las nuevas tecnologías en las aulas. Es algo que habrá que hacer antes o después», confiesa abriendo más carpetas de fotos.
En ellas se ve no sólo a los alumnos con los brazos en alto, sino también a las profesoras concentradas frente a los pequeños ordenadores. «Nosotros también teníamos que aprender», reconoce. Y es que antes de que cada uno de los 27 alumnos de quinto curso pusiera en marcha por primera vez su portátil hubo que hacer mucho trabajo: aprender a usarlos, etiquetar cada aparato, cargador y funda con el nombre del niño y buscar los contenidos más adecuados para trabajar con ellos en clase.
«Justo después de comunicárselo les llevamos al aula donde estaban los ordenadores para enseñárselos», explica Isabel Ferrer señalando la pantalla del ordenador que tiene delante. Entonces todavía el proyecto no tenía nombre.
«Narracions». Es el nombre de la primera carpeta que los alumnos crearon en sus nuevos ordenadores. Ni siquiera habían retirado todavía el plástico protector de las pantallas, que llenaba sus trabajos de burbujas de aire. Ahora tienen muchas más carpetas, llenas de trabajos, y en la primera se acumulan varios cuentos y redacciones para la clase de lengua.
«Era un reto», comentan a dúo la directora y la tutora de los alumnos, Neus Bonet, que insiste en que contar con los ordenadores portátiles en clase no sustituye «para nada» los libros ni la pizarra ni las explicaciones. «Se trata sólo de un recurso más para mejorar el aprendizaje», comenta. Al fondo del aula, sobre un pequeño mueble verde, se apilan los libros de texto reutilizados de quinto. «Cuando tienen que conseguir una información, les dejamos escoger si la buscan en el libro de texto o en el ordenador», explica la profesora, que destaca que con el acceso a internet que tienen los alumnos desde sus ordenadores en clase se les suma otra labor: «Educar en el uso responsable de internet». «Aquí podemos tener un cortafuegos que limite la entrada a algunas páginas, pero al llegar a casa no, así que también hay que enseñarles a hacer un uso correcto de las páginas web», añade Neus Bonet. «Los contenidos de internet y los ordenadores no pueden sustituir, en muchos casos, lo que ofrecen los libros de texto», reconoce la profesora.
Asignaturas y Google Maps
Todos los profesores que imparten clase de quinto en Can Cantó han tenido que ponerse las pilas. Buscar contenidos que puedan trabajar en clase, información que complete la de los libros de texto, ejercicios con autocorrección que puedan desarrollar en clase… Precisamente estos últimos son una de las posibilidades de este proyecto que más valoran los profesores. «Hemos comprobado que hacen muchos más ejercicios con el ordenador que si se tienen que poner con el lápiz y la libreta. Además, al poder corregir al momento, no tienen que esperar a que nosotros vayamos uno por uno. Ven enseguida dónde y por qué se han equivocado. Hemos visto que los contenidos que refuerzan con el ordenador los retienen con más facilidad», detalla Neus Bonet. Cada profesor se ha adaptado a sus necesidades. En lengua utilizan procesadores de texto con correctores ortográficos, en matemáticas están con ejercicios de fracciones y en conocimiento del medio ahora usan el Google Earth y el Google Maps.
Los ordenadores también les permiten seguir la actualidad sin salir de clase. «Con lo que ha pasado en Haití, todos los días podíamos seguir lo que estaba ocurriendo y aprender sobre ese país», comenta Isabel, que destaca que los alumnos pueden ponerse en contacto con escolares de Lleida y de Lugo utilizando Skype. «Antes se comunicaban a través de cartas y ahora pueden hablar con niños de otros centros a través de la webcam», comentan.
La tutora, que sigue esperando que un técnico de la conselleria balear de Educación instale la pantalla táctil en la clase, apunta que con los ordenadores pueden ofrecer una «educación más individualizada» a los alumnos, ya que cada uno de los 27 escolares de la clase «aprende a su ritmo». Los ejercicios son diferentes en función de sus avances. Los niños no se llevan los ordenadores a casa. Al terminar el día, los dejan en clase, cargándose en un armario enchufado que vuelve a llenar las baterías de todos los aparatos a la vez. Además de la instalación de la pantalla táctil, otro de los problemas que tiene el centro es que no hay conexión al servidor que utiliza este programa en todo el edificio, de manera que sólo pueden trabajar en el aula de quinto curso. Hace unas semanas, tuvieron que volver de la clase de inglés, a la que se habían llevado los aparatos, porque no podían conectarse, explican.
Uso responsable
Los profesores tranquilizan a los padres. Garantizan que los alumnos no perderán el contacto con el lápiz y el papel. «Las narraciones las escriben primero en la libreta y luego las pasan al ordenador. No se trata de sustituir todo lo anterior», añade. «Pero el mundo de la enseñanza tampoco puede continuar sólo con la tiza y la pizarra. No puede quedarse atrás de la realidad», apunta Isabel Ferrer. Los profesores han pedido la colaboración de los padres para educar a los niños en la responsabilidad a la hora de usar los contenidos que les ofrece internet, ya que algunos de los niños les han explicado que en casa no controlan las páginas web a las que acceden.
El próximo año, serán dos cursos los que tengan ordenadores portátiles en el aula. Los que ahora están matriculados en quinto curso y pasarán a sexto, y los que ahora están en cuarto. Después habrá que esperar a la evaluación que la conselleria haga sobre el proyecto para ver si se amplía a más cursos de Primaria, se mantiene sólo en los dos últimos (quinto y sexto) o se cambia el sistema.
Una vez pasada la emoción de aquella foto de brazos levantados y gritos de alegría, los alumnos que participan en el ´Xarxipèlag 2.0´ continúan emocionados. «Lo que más me gusta de tener ordenadores en clase es que es más fácil buscar información», comenta Aiora, que confiesa que disfruta especialmente con la página que utilizan en la clase de inglés «porque tiene juegos». «A mí me gusta que podamos hacer los trabajos», apunta Judit. Toni reconoce que no mira con los mismos ojos el portátil que utiliza en clase que el ordenador que tiene en casa: «Ése no lo utilizo tanto para trabajar, sólo para jugar y conectarme al messenger y el facebook. En el de clase sólo trabajamos». De hecho, tanto él como su compañera Sara jamás se habrían imaginado que los ordenadores sirvieran para buscar tanta información. Elena prefiere las páginas con autoevaluación porque no tiene que esperar a la profesora para que le corrija, explica.
Ellos mismos y el resto de sus compañeros han creado una especie de Wikipedia en la que cuelgan artículos e informaciones que ellos mismos elaboran sobre los conceptos que trabajan en clase y que los profesores corrigen antes de que estén al alcance de todo el mundo.
Isabel Ferrer y Neus Bonet confiesan que, cuando comenzaron a dar clases en Primaria, jamás se habrían imaginado que un día estarían impartiendo clases en un aula llena de ordenadores portátiles. «Cuando en 2005 comenzamos con el anterior proyecto ya dije que en unos años cada niño llevaría un ordenador en la mochila en vez de libros», recuerda Isabel Ferrer.