Un hombre afronta el pago de 1.620 euros (nueve meses con una cuota diaria de seis euros), la realización de 45 días de trabajos en beneficio de la comunidad y la retirada del carné de conducir durante un año y medio por conducir presuntamente borracho a las cuatro de la madrugada del 14 de junio en Formentera. La fiscal acusó ayer a A. A. Ch. de un delito contra la seguridad en el tráfico en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 2 de Ibiza, que la juez Martina Rodríguez dejó vista para sentencia.

«Observamos un vehículo que circulaba haciendo zigzag e invadiendo el sentido contrario antes de llegar a Sant Francesc», explicó uno de los dos guardias civiles que detuvieron al acusado. Como los agentes del Instituto Armado que trabajan en Formentera no tienen etilómetro llamaron a la Policía Local.

El acusado dejó su furgoneta estacionada en el casco urbano de Sant Francesc, enfrente de un negocio que regenta juno a su hermano, explicaron los guardias civiles. En el control de alcoholemia dio un índice positivo de 0,95 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, casi cuatro veces por encima del límite máximo permitido.

Según los agentes, el acusado circulaba con la puerta trasera del vehículo abierta, ya que llevaba una nevera en el interior.

En el juicio también declaró el hermano del imputado, que comentó que era él el que conducía, versión desmentida por los guardias civiles, que repitieron en varias ocasiones que vieron claramente al acusado al volante de la furgoneta.

Amenazas de la Guardia Civil

«Llegué caminando y la Guardia Civil estaba al lado de mi coche, que estaba mal aparcado», explicó por su parte el acusado, que dijo que los agentes empezaron a revisar su documentación en la guantera. «Se enfadaron porque les pregunté qué estaban haciendo, por lo que me hicieron soplar, pero yo no llegué a conducir el vehículo», añadió. «Venía de beber y me hicieron firmar la denuncia, aparte de amenazarme con pegarme», dijo por último el imputado.