Córdoba se aparta del concurso para adjudicar los quioscos de playa de Formentera

Córdoba no admite los argumentos de la recusación pero se retira del procedimiento para "ayudar"

La Junta de Gobierno podría adjudicar el concurso este mismo viernes

Llorenç Córdoba vota en contra de adjudicar los quioscos a las empresas mejor valoradas ante la mirada del secretario de la institución.

Llorenç Córdoba vota en contra de adjudicar los quioscos a las empresas mejor valoradas ante la mirada del secretario de la institución. / C.C.

Carmelo Convalia

Carmelo Convalia

El presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, ha anunciado que se aparta de cualquier decisión que tenga que ver con el concurso para la adjudicación de los quioscos de playa. Esta decisión la toma horas después de que las siete empresas mejor valoradas en este concurso hayan presentado un escrito de recusación, al entender que tanto el presidente como la letrada de Recursos Humanos, María Teresa Ferrer, no deben intervenir en las decisiones que tengan que ver con el citado concurso de servicios de playa en régimen de concesión.

Este jueves, el Consell celebrará un pleno en el que seguramente se dé cuenta de la renuncia del presidente de seguir al frente, como conseller de Litoral, de este concurso. Es decir, que la Junta de Gobierno que acuerde la adjudicación (como órgano de contratación) estará presidida por la vicepresidenta primera, Verónica Castelló, de Sa Unió.

Se espera que Castelló eleve a la Junta de Gobierno, cuando se trate este asunto, la concesión de los quioscos a las ofertas mejor valorados. Esto podría producirse este mismo viernes.

Rechaza la recusación

Córdoba ha manifestado: "Lo único que puedo hacer ahora, para ayudar, es apartarme [de la adjudicación de los quioscos] y que se cree una Junta de Gobierno con el resto de consellers y que tomen la decisión que tengan que tomar, lo demás sería crear más polémica, hacer otra vez un debate estéril en el pleno". El presidente considera que “ni la gente, ni el resto de consellers ni yo nos merecemos volver a pasar por esto. Finalmente, lo que haré es no aceptar la recusación, pero me apartaré específicamente de la adjudicación de los lotes de quioscos”.

De esa forma, el presidente evita una nueva sesión plenaria polémica como la última en que los consellers de todos los partidos se pronunciaron a favor, de forma mayoritaria, de adjudicar los lotes a las empresas mejor puntuadas por la mesa de contratación, en contra del único voto de Córdoba.

El presidente justificó su postura para no ser un obstáculo en el polémico proceso de adjudicación de los quioscos, en el que se ha mostrado partidario de declarar el concurso desierto, convocar uno nuevo y mientras otorgar una autorización temporal a los anteriores titulares con base en un informe de una letrada de Recursos Humanos que también ha sido recusada. En este caso, la recusación se estudiará internamente en el seno del Consell, y por parte del área de Recursos Humanos, teniendo en cuenta que se trata de una trabajadora pública.

Una recusación "sin pies ni cabeza"

Aunque Córdoba se aparta ahora del procedimiento administrativo en marcha, sostiene que no comparte los argumentos del escrito de recusación y que, por lo tanto, no admite que se produzca la incompatibilidad que alegan en el mismo las empresas: "El motivo de la recusación no lo acepto, no tiene ni pies ni cabeza y es absurdo". Córdoba alude a que "el único motivo que han encontrado se cae por su propio peso". Se refiere al hecho de que la letrada, María Teresa Ferrer, es la presidenta de la Obra Cultural Balear, organización que recibe subvenciones anuales del Consell para la promoción de sus actividades.

En cambio, no dice que el escrito de recusación también plantea otras cuestiones de más calado como que él mismo haya realizado los cálculos para determinar cuántos trabajadores necesita cada quiosco para cubrir los servicios que ofrecerán con las horas de apertura previstas.

Otro argumento es que parte del informe de la letrada contiene un "copia y pega" que ha sido extraído de una de las alegaciones presentadas por un licitador que en un primer momento quedó en segundo lugar del lote 27, el quiosco de es Copinar, pero que finalmente fue valorado al no presentar la documentación requerida el competidor que ocupaba el primer lugar.

Córdoba insiste: "No aceptó la recusación ni los motivos", y añade que "no me voy a oponer a apartarme del asunto". En este punto, recuerda que a estas alturas del conflicto, que solapa una crisis de gobierno política e institucional en el seno de Sa Unió y que va más allá del concurso de los quioscos, no está dispuesto a volver a pasar por una experiencia como la del último pleno: "Se hizo un pleno específico para esto, yo he explicado mis motivos y siempre han sido la de seguir la legalidad y la transparencia", insiste.